Memoria del encierro en el CEIP El Olivo de Almensilla

El encierro tuvo el sabor de los acontecimientos históricos.
 

Algunos de los presentes en el mismo, recordaron encierros y huelgas de 1978, en las que se consiguieron cosas y en las que algunos pasaron hambre, por no cobrar durante un mes y medio. Y esta idea flotaba en el ambiente... hay que tomar medidas drásticas, contundentes que hagan ver con claridad el problema a los políticos y a la sociedad. Podrían quedarse los alumnos sin un mes de clases¿¿¿¿¿que pasaría???????? Podríamos paralizar el país, pensabamos todos. Otros opinaban que esto haría un mal a los estudiantes y que habría que tomar otras medidas, esta sería la acción de fuerza que tendríamos que adoptar como última alternativa. 

Ayer nos reunimos un grupo de personas conscientes de nuestra realidad y de la responsabilidad que tenemos con la sociedad y con la educación. Visualizamos el programa Salvados, sobre la educación en Finlandia, con los mejores resultados en educación y vimos también los principales puntos de la LOMCE.
Peréc citado por Enrique Villa-Matas dice que en la literatura y en la vida,es absolutamente necesario lanzarse al vacio, para persuadirse de que eso podría quizás tener un sentido que incluso uno mismo ignorase.

La inercia a la pasividad que nos han inculcado es muy fuerte, vemos a nuestro alrededor cosas que parecen imposibles de cambiar y sin embargo ayer concentramos una energía positiva y transformadora que nos dan fuerzas para continuar por este camino.

Volvimos a constatar la necesidad de los padres de que les informemos, quedó en el aire la idea de que es necesario:
tomar los encierros como una manera de ir en cada centro educativo concienciando a los padres, alumnos y profesores a que participen en las acciones organizadas y en los problemas de la educación pública.
y que estas acciones si tienen repercusión en los medios, pero necesitamos que haya más apoyo, que todos los profesionales estemos unidos, que directores, profesores y padres den un paso adelante para defender a los más indefensos, a los alumnos, y sobretodo, a los más desfavorecidos económicamente.

Después escuchamos y disfrutamos de la música y nos emocionamos de nuevo con canciones que estaban en nuestra memoria.

El sueño nos invadió de repente, quedamos ahora realmente encerrados, nos metimos en nuestro saco y en el silencio del colegio que nos había acogido, pensamos que  este encierro significaba nuestra conciencia profundamente convencida de que hay que luchar por lo que queremos.

Ángeles de la Torre